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01/11/2015
Reinventar reinventando
Por Maximiliano Crespi
La cuestión de las editoriales
del interior es un poco capciosa porque afirma implícitamente la vieja
cantinela de la “interioridad” que define su sentido y su razón de ser
por referencia a un centro. En principio, diría que en 17grises
preferimos no pensar en esos términos. Los directores de la editorial
somos dos. Uno vive en Bahía Blanca y otro en Buenos Aires.
Trabajaríamos más o menos igual si estuviéramos en Rosario y Santiago
del Estero o en Mendoza y Mar del Plata. Con esa doble articulación
pensamos en un mercado más bien excéntrico, con encuentros y
desencuentros típicos del pequeño emprendimiento que debe sobrevivir en
una economía hecha a medida de las multinacionales. Por ello, más que en
la construcción de un mercado “del interior” nos pensamos junto a
muchos proyectos de todo el país, trabajando en la construcción de un
campo de recepción diverso al que se oficializa como mainstream.
Si ese “campo” crece es por varios factores: uno de ellos es sin duda
el trabajo y la tenacidad de algunos emprendimientos que apuestan a lo
nuevo, a la diferencia cualitativa (pienso en Nudista, en Letranómada,
en Mil Botellas, en Momofuku, en Punto de Encuentro, en Caja Negra, en
Cave Librum, en Fiordo, en Entropía, en Alción, etc.); el otro es la
saturación y la chatura en que encallan los catálogos en los que la
edición está reducida o supeditada a la eficacia cuantitativa. La
dinámica del mercado obliga a las pequeñas editoriales a estar en
movimiento. Responde del único modo que puede responder: comprando y
revendiendo. No apuestan a lo nuevo: se apropian de aquello de lo nuevo
que ven funcionando y rindiendo comercialmente. La escena se replica a
diferentes escalas: del mismo modo que un monstruo global como Mondadori
capitaliza al sumar a sus catálogos a Mauro Libertella, Hernán Vanoli,
Pola Oloixarac, Iosi Havilio, Luciano Lamberti, Félix Bruzzone y Selva
Almada, editoras locales que podrían apostar a lo nuevo, porque trabajan
con un margen de capital importante (pienso en Interzona, en Eterna
Cadencia, por ejemplo), prefieren ir por lo seguro. Frente a eso, a las
pequeñas editoriales sólo nos queda reinventarnos reinventando al
lector.
*Ensayista, crítico y coeditor de la editorial 17grises, de Bahía Blanca.
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