Los relatos de Parando
en todas nos llevan de viaje, al camino. Y el recorrido que emprendemos a
través de ellos está signado por la derrota. Una derrota sin miramientos,
cabal, absoluta. Propia, además. Porque reconocemos en ella nuestros fantasmas
y sombras, y su geografía nos refleja. Así como las voces de sus personajes,
nos habla llano y de frente. Sin saña ni piedad.
Cada uno de estos relatos nos cincela y delata. Caminan a
nuestro lado mientras avanzamos en ellos. Y cuando al fin nos sueltan nos reconocemos
perdidos pero a la vez en casa. Polvo, niñez, andenes, amor, guerra y
esperanzas derruidas son parte del paisaje que transitaremos en una marcha cuyo
in crescendo, en una concatenación
perfecta, nos dejará exhaustos pero en pie. Y desnudos ante el espejo. A salvo
de maquillajes y de los ecos de cualquier fanfarria.
Parando
en todas es un texto sin mezquindades ni contemplaciones.
Es un viaje que nos atraviesa y nos nombra.
Con este, nuestro tercer título, inauguramos la Colección relatos.
Felices y ansiosos...
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